Comedor «Pequeños gigantes»

Un día del mes de mayo nuestra comunidad educativa recibió una nota con pedidos específicos para una campaña solidaria destinada a un comedor en Florencio Varela, barrio La Carolina. El tiempo destinado para recibir las donaciones era de dos semanas.

Los integrantes de Modelo Solidario comenzaron a organizarse para agrupar las donaciones y llevarlas a un pequeño cuarto en el tercer piso de primaria donde todo lo recaudado podía guardarse.

Todos los días pasaban por las salas, grados y cursos buscando algunas bolsas. ¿Algunas bolsas? Eso era lo que pensaban… Cada día llegaban bolsas enormes de ropa, productos y alimentos solicitados. Fue tanta la cantidad de donaciones que los viernes destinados para el trabajo del voluntariado no iban a alcanzar para seleccionarlas. Fue el primer viernes que varios voluntarios pidieron “hacer horas extras”; y así fue. Vinieron dos tardes más “extras” entre el horario de salida del colegio y el horario de  tomar el micro para ir el campo de deportes.

Entre risas, música y  algo para “picar” se pusieron a trabajar sin parar; y cuando se dice “sin parar” es literal. Organización, acuerdos, cooperación, criterio y mucho amor… eso fluyó en el aire del salón donde todo se preparaba.

Y llegó el gran día, el viernes 25 de mayo, el cumpleaños de la Patria. Y nunca mejor festejado que realizando una actividad para nuestra patria, que somos todos.

Las puertas del colegio se abrieron para una ocasión especial y, organizados  por pisos y acompañados siempre de la alegría que caracteriza a nuestros adolescentes, fueron bajando las donaciones desde ese cuartito del tercer piso que “explotaba de donaciones”. Luego, un poco de charla y descanso hasta la llegada del micro. Nuevamente de pie… pasamanos con donaciones mientras una voluntaria iba acomodando todo en la parte de atrás del micro. Y allá fueron…

¿Cuándo llegamos? ¿Cuándo llegamos? Pregunta obligatoria en todo viaje. El paisaje fue cambiando, calles angostas de tierra y casas muy humildes. En la puerta del comedor,  niños, niñas y madres esperaban ansiosos la llegada de todos. Y vuelta de nuevo… pasamanos con donaciones, vuelta a organizar. Conocer a los chicos y a las mamás que colaboran con el comedor. ¿Vergüenza? No. Si parecía que todos se conocían de años.

Compartieron una merienda con leche chocolatada y facturas, jugaron con los chicos, charlaron con ellos, conocieron historias de vida diferentes a las que están acostumbrados y volvieron repletos de amor y mucho aprendizaje.

Los integrantes de Modelo Solidario Voluntariado están muy agradecidos por todo el apoyo  brindado por nuestras familias, sin ustedes este tipo de campañas no podrían lograrse. Solidarios unidos por una causa, llena todas las almas y brinda un poco de ayuda y felicidad a los que más necesitan.

Recuerden que pueden seguir a los voluntarios de Modelo Solidario en @msvoluntariado.

Saludos afectuosos.

Prof. Claudia E. Fiorito.
(Coord. MSVoluntariado)

 

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